Es la reconfortante historia de Virginia Pérez, que falleció en setiembre de 2014 en Madrid. Sin tener descendientes directos, ni sobrinos había dejado redactado su testamento en vida, otorgando todos sus bienes y propiedades para costear becas a los estudiantes de su pueblo. (Valverde del Júcar).
Ella pidió dos condiciones para que les otorgaran las becas: que su familia no pudiera pagar su formación y que fueran buenos alumnos, si querían realmente estudiar ella lo haría posible.
La familia de Virginia eran dueños de fábricas de harina, además ella tenía varios pisos en Madrid y acciones en varias empresas, por lo tanto no se sabe exactamente el patrimonio, pero se sabe que la cifra es millonaria.
Virginia hizo su testamento en vida, nombrando 3 albaceas que van a encargarse de realizar su pedido. Se sabe que los trámites llevan un tiempo, pero se puede lograr ya que ella dejó todo especificado en su testamento y así se hará.
Esas fueron palabras del juez de paz del lugar.
En el pueblo hay una ilusión muy grande según explicó el mismo el juez, están todos muy contentos por la posibilidad de poder estudiar y especializarse. Tener mejores opciones para el futuro es, sin duda, un gran regalo y una obra para la posteridad.
El alcalde del pueblo agradece en nombre del pueblo a Virginia y que descanse en paz. Y es que Virginia es un ejemplo maravilloso, ayudar a tantas personas a poder tener la opción de una mejor vida, creo que nunca lo hubieran imaginado en el pueblo. Es un aporte a la humanidad, si existieran más personas como Virginia el mundo sería distinto.
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Foto cortesía de: prezi.com
