Ricardo Fort el millonario de los chocolates falleció y dejó una herencia de 250 millones de dólares, el abogado de la familia argumentó que la herencia es para sus hijos, salvo que estuviera casado legalmente, pero finalmente no lo estaba.
Recordemos que si al hacer el testamento, el testador está casado legalmente, el cónyuge es heredero en la misma proporción que los hijos.
Al no estar casado los bienes son para los hijos.
Al ser menores, Ricardo al redactar el testamento para sus hijos nombró un tutor, una ex pareja, Gustavo . Al estar todos los documentos en regla, realizados ante un escribano público todo en términos legales no habría problema en que Gustavo fuera el tutor de los chicos hasta que cumplan la mayoría de edad.
En éste caso la función del tutor no era tanto en la parte económica sino preocuparse de los niños, su educación, su salud, estar en todo momento con ellos como si fuese un padre.
La contención espiritual era lo que pidió Ricardo al nombrar al tutor.
Las funciones del tutor
El tutor es la persona designada en el testamento, por lo tanto es de total confianza del testador, para encargarse de los niños, representarlos, vigilarlos , hacerse cargo de su educación y de su bienestar en general.
En ningún momento puede disponer de los bienes que hayan heredado los menores, solamente si lo tiene permitido por un juez en lo familiar.
En el caso de los hijos de Fort, en cuanto a su herencia el dinero será manejado a través de una cuenta judicial, manejada por peritos y abogados especiales nombrados por Fort, los niños estarán viviendo de la misma manera económicamente hablando, sin que les falte nada, hasta la mayoría de edad, que les será otorgado en partes.
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