Cuando Rocío Jurado decidió hacer testamento y dejarle un millón de euros a cada uno de sus tres hijos, no podía ni imaginar cual sería el panorama familiar seis años después de su fallecimiento.
Rocío Carrasco, su hija mayor, perdió la demanda que interpuso hace unos años por vulneración de intimidad y honor y debe pagar las costas procesales que son unos veinte mil euros. Aparentemente del millón que le dejó mamá no queda nada, porque tiene la nómina embargada.
José Fernando, el primero de sus hijos adoptivos, entró en posesión de su parte cuando su padre el ex torero Ortega Cano, no encontró más trabas legales que se lo impidieran (y conste que las buscó) sabiendo que le duraría el dinero lo que un suspiro.
Dicho y hecho: José Fernando terminó cumpliendo pena de cárcel por haber protagonizado junto a otros “colegas” en la agresión agravada con hurto a otro joven a la salida de un local de ocio en Sevilla y del millón queda poco y nada.
Su marido Ortega Cano está actualmente en prisión por haber dado muerte a un hombre, mientras conducía en estado de ebriedad. A él no le dejó nada al otorgar testamento, pues contaba con su propia fortuna personal.
La única que se salva de todo este lío es la pequeña Gloria Camila, “la oveja negra” de la familia: muy «familiar», buena estudiante, sin vicios y que como ha cumplido en febrero de este año los 18, es un millón de euros más afortunada, pero sin variar su vida por ello.
Visite la web de Testamenta y compruebe cuán fácil y económico es hacer testamento online.
Foto gentileza de: quincecomunicacion
