Esta historia la he vivido de cerca y aunque es absolutamente real y sucedió en un pueblito de La Coruña hace unos siete u ocho años usaré nombres ficticios para no comprometer a nadie. El protagonista, llamémosle Don Juan, era vecino mío.
Cuando tenía casi 90 años se enteró que se había presentado un señor reclamando que él le reconociera como hijo legítimo suyo y que el Juzgado de Sevilla estaba a punto de darle la razón en su demanda.
Algo habría de cierto en el tema de la paternidad, porque finalmente se la reconocieron, pero Don Juan era un hombre bastante terco y dijo que no le daría ni un céntimo de su fortuna a un extraño.
Con la excusa de que si era su hijo se debería haber presentado a conocerle a él personalmente en vez de demandarle para conseguir cuartos, decidió adoptar a Dolores, una mujer que tiempo atrás había sido su protegida y a quien él mismo declaró como única hija.
Él le había costeado los estudios, dado que su familia no tenía los medios económicos para hacerlo e incluso ella había vivido en su casa. En esos momentos Dolores solía ir a cuidarlo y a ayudarle con las tareas de la casa.
Como Don Juan falleció sin hacer testamento, ella heredó todo el patrimonio y ahora se enfrenta a una dura prueba, pues el hijo está pleiteando para conseguir que se la desherede a ella, en vez de compartir el patrimonio entre los dos, como le ha ofrecido Dolores.
Ante tales líos yo ya me he decidido a otorgar testamento en la web de Testamenta, donde redacté el documento con toda facilidad, un asesoramiento magnífico y a un precio increíble.
Foto gentileza de: la patilla
