Es el caso que le ocurrió a Nina Wang, una millonaria china, viuda del dueño de un imperio chino químico, Chinachem.
El problema comienza cuando ella hereda de su marido la suma de 13.000 millones de dólares. El empresario había sido secuestrado en 1990, donde se pidió a la familia un gran rescate, que fue pagado, pero el hombre nunca apareció, ni vivo ni muerto.
Nina comenzó a realizar la técnica del feng-shui con un maestro, para aplicar los conocimientos y poder encontrar a su marido. El maestro se llama Tony Chan de 51 años, comenzaron a verse por el estudio de esa práctica milenaria, que ayuda a tener mejor calidad de vida, a entrenar la mente para resolver cosas inconclusas y tener una visión elevada por llamarlo de algún modo de nuestros actos. Ellos comenzaron una relación, Nina se sintió enamorada, luego de un tiempo ella redacta cómo va a otorgar el testamento, dejando como único heredero universal a Tony Chan.
Ella redacta con anterioridad el testamento ya que estaba enferma, tenía cáncer, por ello muere en el 2007.
En ese momento comienza una guerra entre la familia de Nina y Tony Chan, que llega a su fin cuando el juez Johnson Lam lo invalida. Por lo que, al momento de otorgar testamento, todo pasa a la Chinabem Foundation, propiedad de la familia Wang. No quedando conforme por supuesto con el resultado, Tony Chan ha declarado que recurrirá la sentencia.
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