Objetivamente sabemos que nadie tiene el futuro asegurado. Todos poseemos fecha de vencimiento, aunque no nazcamos con ella estampada en algún pliegue oculto de nuestra piel.
Ante esta realidad lo más saludable es ser previsor y redactar testamento con tiempo, sin pensar en nada más que en asegurar que se sepa cuál será el destino de nuestros bienes según nuestra voluntad.
Michael Schumacher: un caso muy claro de previsión
En una entrevista concedida poco después de su vuelta a la Formula 1 en 2010, contó que ya había hecho testamento y que su fortuna era para su familia.
Se calcula que el monto del capital del piloto alemán es de casi setecientos cincuenta millones de libras (algo más de 900 millones de euros).
La totalidad de su patrimonio, que incluye varias propiedades en diferentes lugares del mundo, una amplia colección de coches de alta gama y un buen numero de cuentas bancarias.
Su mujer Corinna y sus hijos Gina – María y Alex de 16 y 14 años respectivamente, son los beneficiarios del káiser, según su testamento.
El piloto alemán explico que al ser un «padre de familia» y debía velar por el porvenir de sus hijos; también aclaró que lo más peligroso no era la Formula 1, sino los accidentes del «día a día».
Lamentablemente el tiempo le dio la razón, ya que el genio del volante está en coma inducido, desde que el 29 de diciembre de 2013 sufriera un tremando golpe en la cabeza, mientras esquiaba con si hijo.
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Foto gentileza de: noticias 24
