Alina Zhadan es una ucraniana que vive en la ciudad de Bolonia en Italia y que hace unos años atrás, cuidaba de una anciana de 89 años de apellido Danielli, una mujer acaudalada y sin hijos. En el momento de su muerte, su cuidadora de 61 años, presentó un testamento que la dejaba a ella como heredera universal de todos los bienes de su empleadora.
Según el documento heredaría el apartamento y todo su lujoso mobiliario, situado en uno de los mejores barrios de la ciudad de Bolonia donde vivía día y noche con la viejita y la cuidaba con esmero, tanto que incluso se había ganado la confianza de su entorno, además había en juego una buena cantidad de dinero que la mujer poseía depositado en varias cuentas bancarias.
El testamento que supuestamente la señora Danielli hizo con fecha 18 de agosto de 2011, meses antes de fallecer, tenía una gran cantidad de errores gramaticales que no concordaban con el elevado nivel cultural de la occisa, quien además, y según la declaración de varios testigos, desde hacía varios años estaba casi imposibilitada de escribir.
Sus dos primas hermanas presentaron un testamento fechado en 1993 donde la fallecida las nombraba a ellas, herederas de todo cuanto poseía y que había sido firmado en su momento ante un notario y registrado como tal, ya que al hacer testamento la señora Danielli eligió la modalidad de testamento notarial abierto, por lo que resultaba como poco “sospechoso” que se le ocurriera tantos años después, redactar uno ológrafo.
En 2011 fue presentada una demanda judicial por parte de las primas de la señora Danielli y la jueza Laura Sola, decretó de inmediato el embargo de todos los bienes, como forma de evitar que la cuidadora pudiera vender nada de lo que había percibido.
Mediante la prueba de un grafólogo, se concluyó que el testamento presentado por la empleada era falso y la fiscal procedió a acusar a la señora Alina Zhadan de falsificación de documento privado, quien una vez juzgada fue condenada a cumplir una pena de 5 años de prisión.
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