El mito más conocido es el de que hacer testamento resulta de “mal agüero”, que atrae a la muerte o lo que es lo mismo que acorta la vida. Nada más lejos de la verdad.
Otra falsa creencia es que se pueden dejar claúsulas como las del cine:”si mi hija no se casa con Fulanito, no percibirá ni un céntimo de mi fortuna”. El testamento es para disponer de nuestros bienes, no de la vida de nuestros seres queridos, ni para hacerles ningún tipo de chantaje. En el caso de que se quiera desheredar a alguien, habrá que demostrar que atentó contra la vida del testador o que lo obligó bajo amenazas a dejarle algo, sino no se puede hacer.
Podemos decidir el destino inmediato de nuestros bienes una vez que ya no estemos en este mundo, pero desde el momento en que el heredero pasa a ser dueño de lo que le hayamos dejado, se acaba nuestro poder de decisión. O sea que al hacer testamento no se puede hacer una cláusula que diga que le dejamos tal cosa a Mengano y que a la muerte de éste eso debe ser para Perengano.
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