Seward Johnson es el dueño del imperio Johnson & Johnson que en el momento de redactar su testamento deja fuera a sus seis hijos. La fortuna millonaria del imperio de los productos farmacéuticos se otorga a Bárbara Piaceka.
Barbara llega de Polonia y la contratan como sirvienta en la mansión de Seward. Su jefe se enamora inmediatamente de ella y se casan.
Un acontecimiento que parece un cuento de hadas, también tiene sus problemas y disputas con los familiares que nunca aceptaron la relación y mucho menos que Seward al redactar su testamento y en el último momento antes de morir decidiera excluir a sus seis hijos del patrimonio.
A partir de su muerte comienza una batalla entre Bárbara y sus familiares por la legalización del testamento. Se comenta en los tribunales que ésta batalla fue la más horrible, larga y ostentosa en la historia de Estados Unidos. La batalla duró años, sus hijos impugnaron el testamento, y a su madrastra la calificaban de cazafortunas. Ellos afirmaban que Barbara había utilizado amenazas u abusos para que su padre enfermo firmara el nuevo testamento que los excluye.
Ella declara que su esposo no les dejó nada a sus hijos porque: se sintió decepcionado por la avaricia y la conducta escandalosa en la que vivían. Años después de juicios largos y costosos se llegó aun acuerdo, ella conservó una parte importante de la herencia y el resto fue dividido entre los seis hijos.
Es posible impugnar el testamento si los familiares lo piden y realizan los trámites correspondientes, y si el juez acepta el caso para tal fin.
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