Por más de 100 años el Tribunal Supremo ha advertido a los abogados que no es ético recibir regalos de clientes provenientes de los testamentos redactados por ellos mismos.
La familia del millonario fallecido Robert Mardigian cuenta que el hombre quiso poner en orden su patrimonio y hacer su testamento, por lo que recurrió al abogado demandado que fue su amigo durante años. Al morir Robert el testamento y fideicomiso que había otorgado era una fortuna de17 millones de dólares para el abogado y sus dos hijos.
Robert no era casado y no tenía hijos, pero sus hermanos y sobrinos decidieron ir a tribunales e impugnar el testamento. Los Cánones de la Ética Profesional en Michigan, donde ocurrió el episodio no pueden recibir regalos de los clientes, ni para sus hijos y menos del mismo testamento del cliente.
Solamente se puede en el caso que el abogado sea pariente del testador.
El abogado salió a aclarar el caso y decir que puede ser que haya violado los Cánones de la Ética Profesional, pero no pueden anular el testamento e impedir a él y a sus hijos recibir el legado que le dejó su amigo , amistad desde hacía 30 años.
Bajo los Cánones de la Ética Profesional de Michigan desde 1988, un abogado no puede recibir regalos de una persona a quien le redacte un testamento a menos que sean parientes.
Cinco días antes que se llegara al juicio el abogado aceptó haber sido quien redactó el testamento.
Como sabemos las leyes son para cumplir, más teniendo en cuenta lo delicado de los testamentos cuando hay familia implicada en el medio.
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