El famoso Juan Antonio Llorente, erudito, político y eclesiástico apostata español, falleció en 1823 sin realizar testamento. La iglesia quiso quedarse con sus bienes hasta que apareció una hija natural francesa que él había reconocido y se quedó con todo.
Lo paradójico de este personaje que se negó a hacer testamento, es que comenzó su carrera siendo albacea testamentario de la duquesa de Sotomayor en Madrid y gracias a ella fue nombrado Comisario del Santo Oficio y Secretario de la Inquisición de la Corte.
El 17 de Noviembre de 1926 el Juez del distrito de Ensanche de Bilbao, decretó que la suma de 60000 duros, del obrero Francisco Canseco (fallecido sin herederos y sin otorgar testamento) se asigne para beneficencia del pueblo de San Salvador del Valle.
Josefa Martell Farcha, castellonense, falleció a los 100 años en 1988, sin hacer testamento y sin herederos, por lo que la Generalitat Valenciana se quedó con la herencia. Pero luego hubo de repartirla entre el Ayuntamiento de Castellón y diversas asociaciones de esa ciudad que realizaron el reclamo correspondiente.
En abril de 2013 se avisó en el Boletín Oficial de la provincia de Sevilla, del reparto del medio millón de euros, procedente de los bienes de un conciudadano que falleció sin hacer testamento o siendo éste nulo y no haber herederos. Se presentaron 52 instituciones y entre ellas se dividió el dinero.
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