Hildebrandt Gurlitt fue un marchante de arte qua quien los nazis dieron vía libre para disponer de las obras de lo que habían dado en llamar “arte degenerado” y retirarlas de los museos alemanes. También se hizo con numerosas obras que fueron expoliadas a los judíos o que fueron vendidas por estos en su afán de escapar del holocausto.
Al hacer testamento le dejó a su hijo Cornelius una propiedad donde estaban ocultas las obras de arte. Este las recibió al morir su padre en 1956 y comentó que éste lo hizo sosteniendo hasta el último instante de su vida, que su intención era salvaguardar el arte.
De toda esta historia no se supo nada, hasta que en 2012 se le confiscó al mencionado Cornelius la suma de 13000 euros de la que no pudo dar cuenta. Al visitar su piso en Munich se descubrió que allí se ocultaban 1400 cuadros de artistas tales como Chagall, Picasso o Matisse.
Gurlitt jamás había trabajado aunque vivió de forma discreta durante toda su vida. Tras muchas negociaciones decidió devolver al gobierno alemán su colección reconociendo que parte de las obras habían pertenecido al Museo del Louvre, a diferentes museos de Bélgica y Alemania y a familias judías ricas.
La colección fue confiscada en 2013 y en mayo de 2014 a los 81 años, Cornelius falleció luego de una intervención cardíaca días después de acordar la mencionada cesión. Murió sin hacer testamento y no tenia parientes próximos ya que su hermana murió años antes y él era soltero y sin hijos.
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Foto gentileza de: argnoticias