Carlos II de España reinó desde 1665 hasta el año 1700 en el que a la edad de 38 años pereció sin haberle dado herederos a la corona, aun habiendo estado casado primero con María Luisa de Orleans que falleció en 1669 y luego con Marianna de Neoburgo.
Su padre Felipe IV falleció cuando Carlos contaba con apenas 4 años y al hacer testamento había dejado claro que su viuda Mariana de Austria fuera la regente en el momento en el que su hijo asumiera como rey, si no hubiera cumplido la mayoría de edad, acompañada por un Consejo de regencia formado por seis hombres de su confianza.
Carlos tuvo muy mala salud desde muy pequeño y se presumía que no iba a vivir mucho por lo que se descuidó totalmente su educación. El producto fue un rey sumamente supersticioso, depresivo y crédulo que pasó a la historia con el apodo de “El Hechizado”.
Si bien pretendió llevar las riendas del gobierno, ante su manifiesta ineptitud quien gobernó en realidad fue su segunda esposa Marianna asesorada por el obispo de Toledo. Ante la falta de herederos se pactó que a Carlos le sucedería José Fernando de Baviera.
Al fallecer dicho sucesor, Carlos II de Habsburgo el último de los Austrias, decidió al realizar testamento que el reino pasara a manos de Felipe de Anjou, el nieto de Luis XIV quien comenzó la andadura de la dinastía de los borbones en España como Felipe V.
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