El segundo Conde do Porto Alegre y Comendador do Rio Grande do Sur, Don Domingo Faustino Correa de Almeida vivió durante el siglo XIX en Brasil y fue autor del famoso «testamento Correa» (que consta de más de treinta mil palabras), a causa del cual los presuntos herederos (que están por todo el mundo, aunque de manera predominante en Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina) pretenden disputarle su herencia a varios gobiernos de América del Sur.
Tiempo antes de fallecer y no se sabe bien si por perjudicar a sus parientes o porque tuviera algún problema de orden mental, se dispuso a hacer testamento; el mencionado documento es tan estrafalario que resulta casi imposible de cumplir.
Por ejemplo, al otorgar testamento dejó una cierta cantidad de bienes en usufructo a determinadas personas pero condicionándoles a devolverlos a sus verdaderos herederos cuando hubieran transcurrido cuatro generaciones.
En 1970 se desató la llamada «guerra por el testamento Correa», ya que una gran cantidad de personas reclamaron sus derechos sobre las propiedades y bienes del difundo, alegando que eran los descendientes directos que constituían la famosa cuarta generación.
A causa de las numerosas reclamaciones, hubo varios y sonados juicios, todos ellos muy largos e intrincados. El de Rio Grande do Sul, en Brasil terminó cerrándose y archivándose su causa. En Uruguay los jueces han afirmado que si bien los descendientes podrían tener algo de razón, los bienes en cuestión simplemente ya no existen.
Al parecer Correa de Almeida fue un gran terrateniente que llegó a tener una cantidad enorme de hectáreas, tantas que hoy día no pueden reclamarse, porque son parte de las ciudades de Pelotas, Porto Alegre, Minas Gerais y Santa Victoria, solo en territorio brasileño.
Pero los herederos se quejan de que han sido víctimas por parte de los gobiernos de Brasil y Uruguay del despojo de sus tierras sin haber percibido ninguno de ellos, la indemnización correspondiente.
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Foto gentileza de: elesquiu
