En España la legislación permite a las personas hacer testamento vital, o sea dejar instrucciones precisas para que a la hora de su muerte, si no puede tomar sus propias decisiones se tengan en cuenta ciertos elementos de base, para hacer su muerte digna.
En el testamento vital se puede solicitar que no se realice reanimación, que se le suministren medicamentos paliativos del dolor aunque estos puedan acelerar el fin, que no se prolongue su sufrimiento de manera innecesaria e incluso prever que si en el momento de su deterioro final, existiera una ley que permitiera la eutanasia, esta le sea aplicada.
Además de estas consideraciones del tipo práctico, se puede nombrar un representante para que se ocupe de que dichas instrucciones sean llevadas a cabo y también dejar algún tipo de indicación referente a la orientación religiosa y/o filosófica de la persona que será tomada en cuenta antes de tomar ninguna decisión.
En países como Holanda, Bélgica y Luxemburgo, ya existe una ley que permite en muy contadas y especificas situaciones, por ejemplo de dolor insoportable sin posibilidad clínica de mejora y con la anuencia de dos profesionales, se puede solicitar la eutanasia, si el paciente no es consciente o el suicidio asistido si lo es.
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Foto gentileza de: sjarre
